lunes, 11 de enero de 2010

PANCHA (o Panchuli)


Es muy raro lo que pasa con los animales. Dicen en televisión esos chantas que sólo te quieren vender pipetas para pulgas muy caras que los bichitos (perro, gato,etc) son más sensibles. Que perciben más que lo que hacemos nosotros. Supongo que debe ser difícil de creer incluso para los que tienen mascota. Eso no significa que no quieran a sus mascotas, sino que quizás, el pensamiento (o más bien todo lo contrario) que intento desarrollar o contar, debería poner escribir, les parezca puro espejito de color, palabrería.
Hace más de dos años comencé a mirar de otra forma a la que era, hasta ese momento, sólo mi compañera hippie, ex pelle, de periodismo en TEA. Una chica rubia, de ojos celestes, con un culo para alquilarse un palco vitalicio en el cielo para ver la repetición de todos los partidos del Huracán de Cappa Subcampeón, me flipó el mate jodido. Me hizo cuestionar más cosas de las que ya me cuestionaba, además de enseñarme y poner a prueba muchas de mis sentencias.

En ese contexto, y de ella, me enamoré. Mucho. Es raro todo lo que nos amamos y también la cantidad de mierda que nos tiraron y también a la que nos hemos expuesto. Sin embargo, aquí estamos... Queremos estar.

Sigo. Obviamente, la catarata de amor hizo que la presentación ante su familia no tardara en llegar. Con la mía ya estaba todo way!

Ese día, fueron muchos (demasiados), llegó y como aclaro letras atrás no fue un sólo dia. Costó tiempo. No sangre, sudor y lágrimas, pero sudor y lágrimas seguro. La adaptación de nuestras personalidades, la de sus padres y la mía, tardó, bastante. Por momentos, hasta se pensó lo peor de mí. Loquísimo. Yo estoy loquísimo, pero más loco me ponía no saber qué hacer para demostrar mi amor y la honestidad de mis intenciones (Muy Gustavo Bermudez).

Llamativamente, para mí, hubo un integrante de la familia que se jugó por mí. Que me creyó y dio todo por demostrar que yo no era ni Guillermo Coppola ni Pablo Escobar tampoco Claudio Arzeno o el Coco Basile, sino, simplemente, un pipistrelo enamorado de su hija y con muchas ganas de cambiar el mundito. Un boludo, se entiende? Ese integrante no era humano, era Pancha, la perra Cocker (blanca y negra) que con su más de 10 años me admitía de una, me quería, me daba cariño y hasta movía la cola cuando llegaba a la casa (por momentos iba muuuy cada tanto). Estoy seguro que cuando Pancha estaba a solas con sus dueños intentaba razonar con ellos en un idiomá mágico o perruno. Lo logró. Pancha se murió hoy, cansadita por una enfermedad de mierda, de esa que le toca a los seres vivos copados: Cáncer. Pero no voy a poder olvidar nunca la manito de esa perrita amorosa y gritona. Esa mano que me dio sin que se lo pidiera y sin siquiera entender una mierda de lo que hablaba o probablemente por eso. Hablo mucho al pedo.

Te amo, Pancha. Te amo, Agus.

2 comentarios:

sonido campeon dijo...

querido. seguro que panchita está con ananá, colita y otros grandes amigos con los que tuvimos el honor de compartir un rato de sus vidas. no firmaría que existe un más allá para los humanos pero sin duda hay un paraíso para todos los animales y es muy parecdo a este planeta tierra, pero sin heridas. Allí, seguro que persiguen un neumático que pueden alcanzar o se comen la gran parrillada sinfín.
desde tongoy, les mando un abrazo muy grande, de corazón a corazón.

Anónimo dijo...

Pero reci'en ahora te das cuenta que los animales tienen la posta? Por qu'e te pens'as que yo estudio veterinaria? Es as'i, nom'as... Ellos saben! Cuando you think you know, but you have no idea, ELLOS SABEN! (comentario aparte:este post me lleg'o en serio porque mi primer perro fue un cocker blanco y negro muy parecido a Panchita).
Besos Facu
-Marixxx