lunes, 30 de marzo de 2009

CANCIONES DE VIERNES...


En un tiempo se llamó Lltirta. Luego, bajo el Imperio Romano, le decían Llerda. Más tarde con el dominio del Islam, éstas tierras que quedan a menos de 200 kilómetros de Barcelona, se conocieron como Lárida. No termina acá, porque en la Edad Media se la denominó Leyda y por si fuera poco licuado de nombres, ahora, tiene dos. Para los que hablan en español, Llérida y para los que hablan en catalán Lleida. Y sí, es la capital del Estado de Cataluña.
Si entrás por la autopista que puede traerte, por ejemplo, de Barcelona ves un Palacio deshabitado, grande, pero no tanto, que pretende introducirte en una especie de mini ciudad medieval. Es sábado, la gente debería estar en la calle, preparándose para salir, comiendo, tomando sol, besándose en los caminos, las calles, el palacio. Sin embargo, la gente parece escondida.
A partir de las 23 horas en un local de baile y recitales se presentará el festival Tremendo Pop y tocarán el cantautor (entre Calamaro, Coti y un amante del Tango) Carlos Cros y la cada vez más popular banda de pop psicodélico Sidonie (www.myspace.com/sidoniespace). Viendo el lugar, muy parecido a Niceto Club en cuanto a dimensiones, es imposible imaginar como eso puede llenarse. No por la buena o mala convocatoria de los artistas, tampoco por el trabajo de prensa, sino porque la gente no está. Se perdió. Caminando, en restaurantes, en el famoso bowling. Gente hay, por supuesto, pero poquitita.
Llamativamente los músicos no están preocupados, todo lo contrario. Juegan competencias con las diferentes guitarras para ver cual suena mejor, toman cerveza, vodka con naranja o tan solo agua (acá falta el Fernet) y hasta luchan para ver quien imita mejor el acento argentino.
Llega la hora de la cena, la prueba de sonido terminó. Hamburguesas, conejo, almejas, ensaladas, helado, cigarrillos. El manager de larga data, desde David Bisbal hasta Joaquín Sabina contaron con sus servicios, está contaminado por una gripe asesina, así y todo tiene la lucidez suficiente como para mandar en taxi al artista soporte (Cros), porque se hacía muy tarde. Ningún problema, puro relajo.
Los trayectos de ida y vuelta hacia el lugar donde se haría el show (que recorría gran parte de la pequeña ciudad) no denotaban rasgos demográficos importantes. Cuando llegó la hora del show de Sidonie más de 300 personas esperaban ansiosas. ¿De dónde salieron? ¿Por qué vinieron? Con el transcurso de recital, la cifra aumentó. Increíble. Difícil de sacar un promedio para describir cantidad de años de los espectadores. De 17 para arriba, pero llegaba hasta 50. Pogo, baile, fotos, groupies, compra de discos y remeras, pedidos de autógrafos, tres cierres del show, uno con canto del público incluído. El post show recordaba a algunas películas sobre rock, esas que parodian el detrás de escena. Raro, porque todo era verdad. Ahí estaba la(s) fanática desesperada por conseguir un beso del cantante de Sidonie, pero como él no le seguía la onda, su intento llegaba hacia el bajista, como allí tampoco encontraba cumplidas sus fantasías corría hacia
el baterista. Ok, parecerá mentira, pero el batero tampoco tenía ganas, por eso decayó hasta el guitarrista, luego al manager, después al rodie, hasta llegar al amigo de y supongo que terminaría dándole besos a alguna de las botellas del camaring.
Confirmado, en Lleida (porque en catalán suena más lindo) la gente está, se esconde, pero está y sólo sale de noche y para rockear.

GRAPHIC SEXUAL HORROR

Uno se puede hacerse todo lo pija que quiera. Yo pude decir, suponer y sentir que, quizás, algún día, de alguna forma me agradaría experimentar o al menos acercarme cual voyeur a lo sado.
Loco, el sado no me cabe.

miércoles, 25 de marzo de 2009

REFLEXION IV

Samuel Gelblung sobre Pergolini: "Es un nabo que trabaja como inteligente".


viernes, 20 de marzo de 2009

REFLEXION III

Diálogo con mi prima segunda Valentina de cinco años.

F: Vos sos rockera, Valen?

V: No

F: Y qué sos, qué te gusta?

V: Nada.